jueves, 24 de enero de 2008

ENEMIGOS DE LA HUMANIDAD (con gripe)

EPETECAUN de blog ha estado en paro técnico estos días debido a motivos personales: cada vez que intentaba actualizarlo, me enganchaba a la serie de Lydia Bosch.

En realidad no sé si ha sido del todo así o se trata de otra alucinación (alucinaciones con Lydia Bosch, eso no lo supera ni David Lynch), y es que estos días, como ya advirtió la vecina del quinto, he estado enfermo. El particular malestar que me aquejaba ha sido bautizado por insignes científicos como gripazo del copón.

Los egregios galenos que hicieron tamaño diagnóstico por supuesto idearon una cura: “paracetamolymuchaagua”… y en esas estoy todavía. Escapando de fiebres que ríete tú del calentamiento global: si no llega a ser por la puñetera “dieta blanda” me habría frito unos huevos con bacon en la frente.

Pero no piensen ustedes que cogí el nefando virus por accidente, como el vulgo. En absoluto. Lo he hecho a propósito, por avanzar un paso más en mis investigaciones sobre los enemigos de la humanidad. Y es que siempre he tenido la teorida de que muchos de estos enemigos no se muestran como tales hasta que el ser humano está en horas bajas. Son los enemigos más cobardes, los que se aprovechan de la debilidad humana. He aquí un breve inventario de ellos:

- Pañuelos de papel: cuando estamos sanos parecen lo más inocente del mundo… pero cuando cogemos la gripe se convierten en papel de lija que nos deja la nariz con gotelé.
- Colchones: el más exclusivo Pikolín de viscolátex u otro material con nombre de grupo de los 80 te deja los riñones como si M.A. te hubiese dado una paliza sin quitarse los anillos.
- El cepillo de dientes: intentar lavarte los dientes con la nariz atrancada te puede costar la vida por falta de oxígeno.
- La geometría: a partir de 38 y pico de fiebre horizontalidad y verticalidad se confunden y no tienes muy claro si estás tumbado en el Pikolín de viscolátex o en los azulejos del baño.
- Amor propio: siempre creemos que podemos hacer más de lo que en realidad podemos hacer (que es básicamente babear y temblar). Yo he quemado una olla por intentar hacerme la comida y he tirado 22 cedés al suelo por intentar poner música.
- Nuestro propio cuerpo: ¿qué sentido tiene que con 39 grados y medio de temperatura corporal tengamos frío?
- El buen tiempo: miras por la ventana y hace sol, la gente sonríe y deambula feliz… mientras tú eres una masa informe de mocos que apenas se tiene en pie… ¿por qué?, ¡¿por quéééé?!

Así que ya saben: intenten mantenerse alejados de la gripe… pero si no lo consiguen, háganse sus amigos y abrácenla. Miren qué bonica es...

Y se la pueden comprar y todo aquí.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Al menos pudiste contar los cedés... ¿o lo de "22" era sólo una aproximación con resonancias duosacapuntescas?

Javi Chan dijo...

Querido Illo, Illo: es que lo que se me cayó era un portacedés de IKEA con capacidad para 22 discos... aunque lo del dúo sacapuntas puede tener sentido, ¡quizá no era una gripe sino una posesión de "el pulga" que quería hacerme una señal con lo de los cedeses!

Anónimo dijo...

a ver si este finde se te pasa un poco la gripe y le das a maría ideas sobre "la cama"...(nada sexuarrr)...y lo sentimos, pero tienes que ser una actora para entrar en nuestro proyecto...juasjuas...